miércoles, 25 de marzo de 2015

Y pensarte, así, sé vuelve tortuoso.

Desde que te pienso,
pienso hasta el viento.

La lluvia llega a mi en forma de nostalgia liberada.
Y te imagino, si, te imagino constante, solitario, arrebatando los días,
Y me entristece.
Cómo iba a pensar que volverías a mis recuerdos, con alevosía, rasguñando mi memoria.
Eres tan surrealista, que me duele pensar que nos teníamos:
Que nos prometimos el mundo y a la primera prueba de fuego nos traicionamos.

Hoy, cuando estoy sola, en la hipócrita benevolencia de mi casa
Me aterra pensarte,
Porque cuando te pienso me cuestiono a mi misma,
me cuestiono el pasado y me precipito al futuro...
Y me estanco en la cruel línea entre los recuerdos y la penumbra.

Al final siempre llega la jodida noche,
en donde siento la fuerza del viento,
en donde el frío me cala los huesos
Y el aroma de la neblina revive recuerdos,
y no puedo evitar entristecerme.

Porque cada vez que la tristeza se posa en mi ojos, sin importar motivos,
tiendo a recordarte con tanto ahínco...
creo que es porque incrustaste la tristeza en mi;
o quizás porque cada vez que en mis ojos veías una gota de pena
Ahí estabas tu, queriendo salvarme.

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