Decir que me rompió el corazón es trivial.
Es mejor decir que me lo robó, y cuando se fue, se lo guardo al bolsillo.
Le gustaba cantarme, y con ello, embrujarme.
Es un tipo sabio, es mayor.
Le gustaba asustarme y después besarme.
Tenía tanta tristeza en su alma que le gustaba irradiar lo contrario,
Y es que el jamás iba a perder.
Me pidió que no me enamorase de él,
Pero a la misma vez, me decía te amo,
Es que él estaba loco,
Y yo amaba su locura.
Esa locura totalmente fuera de lugar.
Odiaba admitir que me necesitaba
Y estallaba a reír cuando yo le hablaba de cuán desviado estaba.
Yo no sé de qué me lamento
Si a el le gustaba coleccionar corazones de jovencitas.
Tenía un don para eso.
Cuando se fue solo dijo
Que él era lo menos que yo necesitaba en mi vida,
Pero que yo me estaba transformando en su vida,
Y que el no iba a perder ante nadie ni nada, menos ante el amor.
Estaba tan loco...
Debí recordar de que solo era un coleccionista de corazones.
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